Miércoles, 18 Abril 2018 20:27

Unidos presenta su 2do Torneo de Golf

•    En México, 6 de cada 10 personas con discapacidad  se ha sentido discriminada, CONAPRED
•    50% de los mexicanos no emplearían a una persona con discapacidad, CONAPRED.

De acuerdo con INEGI, más de 7 millones de personas en México tienen algún tipo de discapacidad, dato que denota la importancia de una sociedad incluyente. En este sentido, la asociación Unidos organiza su segundo Torneo de Golf con la finalidad de obtener fondos para generar iniciativas a favor de la inclusión.

Adicionalmente, la cifras del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación indican que 6 de cada 10 personas con una discapacidad se ha sentido discriminada y el 23.5% de la población mexicana no estaría dispuesto a vivir o compartir el hogar con una persona con discapacidad. Indicador que resalta la necesidad de impulsar acciones a favor de la sensibilización hacia la discapacidad.

Ante dicha problemática, desde hace más de 30 años, Unidos ha trabajado con la finalidad de generar una sociedad más empática, incluyente y sensible a través de experiencias vivenciales que transformen la visión social que se tiene sobre la discapacidad.  La organización tiene presencia en Guadalajara, Monterrey, Ciudad de México, Cuernavaca, Querétaro y Puebla.

En esta ocasión la organización sin fines de lucro realiza una cordial invitación a la segunda edición de su Torneo de Golf que se llevará a cabo el día viernes 27 de abril a las 7:00 horas en el Club Campestre Puebla. Los ganadores podrán llevarse diversos premios y hasta un automóvil Audi.

Para más información llamar al teléfono (222) 6413533 o escribir al correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

Publicado en DEPORTES

Ciudad de México 5 de abril 2018.- El plan de vida de algunas parejas consiste en tener hijos, formar una familia y dejar un legado, siempre y cuando tanto el hombre como la mujer gocen de plena salud, además de ser un derecho al que todos deberían tener acceso, esto debido a que al estilo de vida actual de las parejas o la edad en que deciden convertirse en padres, en otras cosas, pueden ser factores que dificulten la posibilidad de tener un bebé.

Y es que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el próximo 7 de abril se conmemora el Día Mundial de la Salud que tiene por objetivo brindar información sobre la cobertura universal, ya que la población no tendría que elegir entre gozar de una buena salud y otras necesidades que también son vitales. Es indispensable que las familias cuenten con servicios y atención de calidad que permitan su bienestar.

La OMS reconoció como un tema de salud pública a la infertilidad en 2004, la cual se presenta cuando una pareja tiene relaciones sexuales sin protección por un año sin lograr la fecundación, situación que afecta a alrededor del 17% de las parejas mexicanas, según la firma investigadora de salud Ipsos Healthcare.

La infertilidad se puede presentar en hombres y mujeres en igual proporción, 40% en mujeres, 40% en hombres y un 20% de factores desconocidos o causados en común.

Existen muchas causas que derivan en infertilidad, 25% de las parejas infértiles presentan múltiples factores que contribuyen a esta condición como desórdenes relacionados con andrógenos, endometriosis y fibromas uterinos. La infertilidad femenina se puede vincular a la ovulación o al desarrollo o forma del útero.

En los varones las causas más comunes de problemas de fertilidad se dan por:

•    Chlamydia o gonorrea no tratadas.

•    Bajo recuento de espermatozoides o baja movilidad de los espermatozoides.

•    Espermatozoides no formados adecuadamente.

•    Ausencia de espermatozoides en el eyaculado.

•    Exceso o insuficiencia de algunas hormonas que ayudan al cuerpo a producir esperma también pueden conducir a problemas que causan infertilidad.

Un alto porcentaje de las parejas infértiles pueden concebir con el tratamiento adecuado, para lo que es necesario que un biólogo de la reproducción diagnostique si el problema reproductivo lo presenta el hombre, la mujer o ambos y determinar los pasos a seguir para lograr el embarazo y tener un bebé sano.

Los tratamientos de reproducción asistida varían en función de la técnica empleada, los precios van desde los $18 mil pesos por una inseminación artificial, con un porcentaje del 15 al 20% de efectividad; hasta los casi $120 mil pesos por un tratamiento de ovodonación el cual tiene un 80% de éxito.

En México cada vez se abren más oportunidades para que las parejas puedan solucionar un problema de infertilidad y someterse a un tratamiento para tratarla, con un costo, en promedio, entre un 30 y 50% más baratos que en otros países como Estados Unidos, representando el tercer procedimiento en importancia para el turismo médico, después de intervenciones cardiovasculares y cirugías plásticas, según un estudio de ProMéxico y la Secretaría de Salud.

Antes de recibir un tratamiento por infertilidad, la pareja debe ser evaluada por un médico especialista, quien les realizará varios procedimientos de prueba para identificar la o las causas de la infertilidad.

Un factor muy importante es el tiempo que tardan en acudir a centros especializados, mientras que en países de primer mundo el tiempo máximo de una pareja es aproximadamente de un año, en México este tiempo puede extenderse hasta los cinco años, pasando por múltiples “remedios” y consecuentes desgastes físicos, emocionales y económicos.

Por eso lo más importante es acudir a un centro especializado y avalado por las autoridades competentes.

Dr. Abraham Martínez

Director de la clínica Ivinsemer de la Ciudad de México,
especializado en medicina reproductiva ginecológica.

Publicado en SALUD
Miércoles, 12 Julio 2017 21:10

El mundo brota en cada corazón humano

Artículo | Algo Más Que Palabras

    Nuestra gran asignatura pendiente como civilización radica en humanizarnos. Sólo así podremos llevar a buen término ese futuro esperanzador que nos aglutine a todos. Por desgracia, la situación se complica, puesto que los problemas del desempleo, la desigualdad, el trabajo en precario, la injusticia, en lugar de aminorarse y corregirse, se agravan y nos desbordan. Se da la circunstancia que una parte de la humanidad progresa, mientras otra retrocede, y lo que es peor, permanece hundida y sin esperanza alguna. Desde luego, requerimos de otras energías para salir de este bloqueo que nos impide soñar y buscar nuevos caminos. Quizás tengamos que ser más creativos y optar por una nueva manera de coexistir, escuchándonos todos mucho más y no encerrándonos, para poder realizar los caminos unidos, mediante otros abecedarios más de encuentro, sin tanta competitividad, que lo único que hace es favorecer la conflictividad entre unos y otros. No olvidemos que el mundo nace en el yo de cada uno, para conjugarse en todos los tiempos y edades, poniéndonos en disposición de servirlo en esa causa colectiva que es la vida.

    Es hora de salir de nuestras corazas, de borrar la palabra enemigo de nuestro diario de subsistencia, y de contribuir a un giro histórico en nuestra manera de movernos hasta el final. Cada cual en su posición existencial tiene una grave responsabilidad para resolver ese desplazamiento, hacia horizontes más armónicos y auténticos. Las heridas que viene provocando este volcán de intereses, creados y generados por el hombre, nos está dejando sin aliento a todos. Ya está bien de perpetuar el miedo y los enfrentamientos, en vez de prestar otra atención más compasiva a tantos análogos nuestros tirados en el camino. Deberíamos vivir más próximos con el prójimo, alentando menos odio y más amor, activando nuestra lucha por la justicia social y acompañando a los que piden nuestro auxilio, que cada día son más. Quiero recordar que, algo tan básico como el acceso a agua potable en el hogar, el saneamiento y la higiene en el hogar, continúa siendo un privilegio de los ricos o de quienes viven en centros urbanos. A propósito, un reciente informe conjunto de la Organización Mundial de Salud (OMS) y UNICEF, ratifican de que tres de cada diez personas en el mundo, o dos mil cien millones, carecen de dicha acogida en sus casas, además de que seis de cada diez, o cuatro mil quinientos millones, no poseen servicios de sanidad adecuados.

    Ante esta angustiosa realidad, quizás nos venga bien poner en práctica lo que San Francisco de Asís, apuntó en cierto momento: “allí donde haya odio, que yo ponga el amor, allí donde haya ofensa, que yo ponga el perdón; allí donde haya discordia, que yo ponga la unión; allí donde haya error, que yo ponga la verdad”. Indudablemente, para asegurarnos nuestra existencia como especie no podemos quedar con los brazos cruzados, es necesario requerir proyectos mundiales, establecer alianzas globales, injertar ilusiones y forjar objetivos, como puede ser un trabajo decente para todos, una pobreza cero y una realización plena de la persona. Desde luego, las transformaciones que observamos en la actualidad nos obligan a reflexionar sobre el futuro del trabajo a largo plazo a fin de encauzar esta evolución hacia la justicia social, pero también nuestro mundo de relaciones nos obliga a ser más comprensivos y a entendernos en un mundo globalizado en el cual todos somos dependientes de todos. Por tanto, hay que pasar de esa autosuficiencia, o endiosamiento absurdo, a otra atmósfera de más unión desde la diversidad, y así poder afrontar los problemas de nuestros días con un verdadero espíritu generoso, lo que nos llevará a comprender los signos y los símbolos del tiempo actual.

    Hoy todos los continentes se hallan en un mundo complejo y altamente móvil, cada vez más globalizado y, en consecuencia, también más cercano. A esta proximidad debemos ponerle calor humano, para superar los muchos conflictos abiertos o latentes. Nuestra historia es un encuentro permanente. El referente, en otro tiempo, de “Juntos por Europa” es un poder unificador con el claro objetivo de traducir los valores europeístas en respuestas concretas a los desafíos de un continente en crisis. Ahora, cuando tenemos una visión global del mundo, nos hace falta objetivos que den solución a un nuevo modo de vivir, sin tantas ataduras, con más desprendimiento, para pasar a ser unos moradores abiertos, acogedores, creando no sólo formas de cooperación económica, sino también humanas, donde el diálogo basado en sólidas leyes morales sea el único lenguaje común, y así poder organizar un mundo creado para ser vivido por todos. Ojalá podamos dejar este mundo para nuestros descendientes un poco mejor de cómo lo hemos hallado y no viceversa. Vale la pena esta apuesta y, personalmente, detesto a resignarme de que no lo sea así.

Víctor Corcoba Herrero / Escritor
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