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La crisis de las desapariciones forzadas y la 4T

Domingo, 27 Abril 2025 12:58 Escrito por *Dr. Julián Germán MolinaCarrillo.

El tema del aumento de las desapariciones forzadas junto con el índice de homicidios en el país, no es un fenómeno nuevo, ya que desde los gobiernos del período neoliberal, México ha tenido una estadística notable, que para muchos se incrementa en forma exponencial, a partir del inicio de la guerra contra los carteles del narcotráfico  por el ex presidente Felipe Calderón en 2006 en su natal estado de Michoacán, en la que involucra en forma directa a las fuerzas armadas para combatir a los grupos delictivos, tratando de frenar la producción de drogas y estupefacientes y la violencia e inseguridad que trajo consigo el fortalecimiento de los carteles del Golfo, de Sinaloa, de los templarios que se convirtieron después en la familia michoacana y de otras células que comenzaron a extenderse como cáncer en distintas regiones del país.

Cuando afirmo que el fenómeno de las desapariciones forzadas no es nuevo en el país, me refiero a los años de la denominada guerra sucia que data de 1974, en la que agentes del estado mexicano como militares, policías y de otros grupos especiales, en los gobiernos del PRI, se dedicaron a perseguir y desaparecer a lideres guerrilleros en diferentes partes del país y muchos de estos casos, jamás se han esclarecido y quedaron ahí como uno de los reclamos más sentidos de los grupos maginados cuyos lideres sufrieron ese tipo de persecución por parte del estado; ejemplos como el del profesor Lucio Cabañas en el estado de Guerrero, quién fundó el partido de los pobres ,siendo asesinado en un enfrentamiento con el ejercito el 2 de diciembre de 1974; cabe resaltar que el movimiento de Lucio Cabañas estaba inspirado en el pobrismo, más no en el socialismo su intención era lograr abatir la pobreza extrema de su comunidad y darles mejores oportunidades para salir adelante, ante la opresión de los gobiernos de la república de Luis Echeverría Álvarez y después de José López Portillo.

Todos los seguidores de Lucio Cabañas a su muerte fueron perseguidos, detenidos, torturados, desparecidos y asesinados por militares y policías secretos de la extinta dirección federal de seguridad a cargo del general Arturo Acosta Chaparro.

Posteriormente, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, la persecución y muerte de militantes del extinto PRD fue una constante, con más de 600 homicidios de militantes y candidatos en distintas partes del país, en contra de los líderes de izquierda que organizaron a nivel nacional todo un movimiento opositor al PRI con personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y el mismo Andrés Manuel López Obrador, dieron origen a una tercera fuerza política en el país, impulsando ideas socialistas, contra los gobiernos del PRI hasta el período de Ernesto Zedillo Ponce de León y de la alternancia con el triunfo del PAN en el año 2000 con  Vicente Fox Quezada y en 2006 con el gobierno de Felipe Calderón, que con el respaldo del PRI, logró le fuera reconocido el triunfo a la presidencia de la república, ante Andrés Manuel López Obrador candidato del PRD, a quién le fue arrebatado el triunfo que obtuvo en las urnas.

El 17 de febrero de 2020, la fracción del PRD en la Cámara de Diputados presentó una iniciativa para crear una Comisión de la verdad con el objetivo de esclarecer los delitos de desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales arbitrarias o sumarias ocurridas en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, así como las violaciones a derechos humanos, y establecer las responsabilidades correspondientes.

Denunciaron los hallazgos de cuerpos desmembrados, ejecutados y fosas clandestinas, desde hace 14 años en el país. Señalaron además que: “México tiene derecho a conocer la verdad, resulta indispensable obtenerla para que las víctimas directas e indirectas conozcan la realidad sobre los crímenes de que han sido objeto y porque se reconozca públicamente su sufrimiento”

De acuerdo con los datos anteriores, con la llegada de AMLO a la presidencia de la república en 2018, muchos mexicanos estábamos seguros de que lucharía por el esclarecimiento de los asesinatos de los perredistas ocurridos en los gobiernos de Calderón y Peña Nieto; sin embargo, nunca se pronunció al respecto, quizás porque el PRD se había convertido en su enemigo o porque consideró que no valía la pena desgastar la fuerza del estado en investigar hechos del pasado.

En el momento actual que vive el país, por la declaración del Comité de la ONU contra la desaparición forzada, que acusó el pasado ocho de abril, de que son perpetradas por el estado y que se presentan en forma sistemática y generalizada, derivado del hallazgo que hicieron los grupos de buscadores en el Rancho de Teuchitlán Jalisco la presidenta Claudia Sheinbaum, rechazó el diagnóstico afirmando que: “hay un fenómeno de desaparición vinculada con la delincuencia organizada no con el estado, al defender que su administración está haciendo todo lo que está en sus manos para combatir, atender, desde las víctimas, hasta prevenir y combatir este delito”

Pese a su declaración y de que su gobierno asumió el compromiso de entregar un informe detallado de las medidas y resultados en un plazo de 30 días no se ha cumplido con la entrega de este, por lo que, es previsible que finalmente el caso llegue a la Asamblea General de la ONU y se emita una declaración en contra del gobierno federal, que hasta el momento no ha logrado frenar las desapariciones forzadas, en las que se han visto involucradas autoridades de los tres niveles de gobierno coludidas con los carteles del narcotráfico que siguen con sus actividades delictivas.

Director fundador del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.

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