Columna | Desde el portal
Si la presidenta Claudia Sheinbaum se ganó el reconocimiento por su habilidad para conducir la relación con el soberbio presidente estadunidense Donald Trump, sus colaboradores fallaron en los cálculos a su regreso a la ciudad de México y decir que en la plaza de la Constitución se agolparon 600 mil morenistas para celebrar el séptimo aniversario de la Transformación.
De acuerdo a estudios realizados desde hace décadas sobre la capacidad del emblemático sitio sede de los poderes de la Unión, y que ha causado controversia permanente, sólo cabe 100 mil personas, incluidas las calles aledañas y aún cuando se trata de festejos de relevancia como los desfiles conmemorativos o sonados eventos políticos.
Y decir ahora que llegaron 600 mil ciudadanos a festejar un movimiento político que si bien tiene relevancia por el arribo pacífico y cambio de visión sobre el presente y pasado de la historia de México, resulta exagerado el número, no tanto por la capacidad de la plancha capitalina, sino por la incapacidad de los operadores políticos para lograr tal hazaña.
Los logros de la IV-T, si bien son visibles y documentados, la historia en muchas ocasiones tarda para poner a sus líderes y a sus gobiernos en la justa dimensión, por lo que es muy pronto para valorar que tan efectiva es la I-T y cuál será su ubicación en la historia de México por lo que es irrelevante dar cifras cuestionables y que demeritan el mérito real de la Presidenta.
TURBULENCIAS
Acaban con la autonomía de la FGR
Ocurre lo mismo con la designación presidencial directa de la combativa abogada Ernestina Godoy Ramos como Fiscal General de la República: resultaron engañados o participaron en el juego 43 aspirantes más al cargo. Un círculo burocrático -convocatoria, comparecencia, envío de listas al Ejecutivo-Senado-, resultó anulado porque el respetable se dio cuenta que todo fue más que un circo democrático: la designación del Ejecutivo estaba decidido por encima de la independencia y la autonomía de los Tres Poderes de la Unión y del pleno del Senado que no tiene más que obedecer. El mensaje es directo: la que manda está en Palacio Nacional…México puede respirar tranquilo una vez que el rijoso presidente Trump fue sometido por la científica presidenta de México que hábilmente le ha echado para atrás sus bravuconadas sobre aranceles, comercio y persecución a los migrantes y, aún cuando están pendientes temas de inseguridad, queda descartada cualquier presencia de tropas en nuestro territorio; el mismo Marco Rubio, secretario de Estado estadunidense, ha dicho que el desplazamiento de tropas gringas a México sólo se haría si el gobierno mexicano lo pide, lo cual no ocurrirá…Y desde Palenque el mismo ex presidente López Obrador será ubicado en lo que la nueva etapa de su vida lo ha llevado: a la reflexión, aunque cuestionable, una vez que su tiempo de acción ya pasó. Sheinbaum así se lo recordó, López Obrador dedicó décadas de su vida a la acción y la movilización de sus seguidores para conseguir sus objetivos: inició la transformación del país y ahora sigue el segundo piso. Tiempo de reflexión desde Palenque…Ha sido por consenso y en base a las experiencias obtenidas en otros países la semana laboral de 40 horas, han participado los tres sectores de la actividad productiva en el país y no son ocurrencias, son acciones realizadas en base a estudios y diálogo con sindicatos de trabajadores y de patrones por lo que no han improvisaciones. Lo mismo ha pasado con los salarios mínimos por lo que la economía del país vive una nueva etapa que deja atrás modelos obsoletos…
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