Miércoles, 03 Diciembre 2025 18:03

Venki Ramakrishnan visita la BUAP

- El científico inglés platicó de su trabajo sobre el ribosoma y de los cuestionamientos sobre el envejecimiento en el auditorio del Complejo Cultural Universitario de la BUAP

Ante más de tres mil personas que acudieron al auditorio del Complejo Cultural Universitario de la BUAP, el premio Nobel de Química 2009, Venki Ramakrishnan, expuso sus principales motivaciones para ser científico y cómo la influencia de sus padres y el constante anhelo por encontrar respuestas lo hizo transitar de la Física a la Biología, hasta llegar a plantearse nuevos cuestionamientos vinculados con el anhelo histórico del hombre, sobre el retraso del envejecimiento.

Como parte de la promoción que realiza de su último libro Por qué nos morimos. La nueva ciencia del envejecimiento y la búsqueda de la inmortalidad en distintos estados del país, la BUAP recibió al premio Nobel de Química, Venki Ramakrishnan, el cual fue cuestionado por estudiantes sobre sus principales motivaciones en la ciencia, así como el trabajo que realizó sobre el ribosoma o “máquina genética” y que le valió el reconocimiento internacional.

De esta forma, en un recinto universitario donde la audiencia superó por mucho a la que convocó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el premio Nobel de Química, en presencia de la Rectora Lilia Cedillo Ramírez y del doctor Omar López Cruz del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), respondió a las preguntas que los universitarios le hicieron llegar previamente.

Al respecto, Ramakrishnan habló de la industrialización de la ciencia, la cual al ser una creación de los individuos y las instituciones, es deber de las universidades promoverla no tanto como una empresa, sino por la utilidad que tienen para la humanidad.

A los jóvenes les dijo que si son curiosos la ciencia es bienvenida, aunque es un trabajo que implica mucho esfuerzo y sacrificio, pero también conlleva experiencias muy gratas.

Sobre cómo maneja la frustración cuando los experimentos no salen, el químico inglés dijo que el problema es que los investigadores plantean preguntas que no tienen respuestas y en el trabajo científico no todo funciona: “Lo que pasa es que cuando encuentras una respuesta, surgen otras preguntas y así sigues, eso es lo fascinante de la ciencia, pero lo importante es hacer el trabajo con gusto, y eso supera a los momentos de frustración”.

Cuando fue cuestionado sobre si alguna vez imaginó llegar a donde está, Venki Ramakrishnan enfatizó que el verdadero premio es cuando consigues un objetivo en la ciencia, porque nadie piensa primero en ganar un premio Nobel, pues de lo que “se trata, es de disfrutar el viaje hacia la respuesta”.

Sobre su trabajo con el ribosoma, señaló que ya existían estudios al respecto, pero justamente eso fue lo que los llevó a plantearse preguntas más rigurosas sobre el ribosoma y el efecto que tienen en él los antibióticos. Destacó la importancia de la colaboración y la perspectiva multidisciplinaria y cómo justamente el estudio del ribosoma le planteó la necesidad de cuestionar los esfuerzos de la ciencia por identificar las causas del desgaste corporal y el envejecimiento.

“Lo que quería lograr con este libro no es dar un punto de vista científico, pero sí los pormenores de la vida y cómo logramos verla para entenderla en términos simples (…)  Busco contradecir las teorías alrededor de la vejez y tratar de plantear de forma profunda cómo logramos vivir más tiempo y el papel que juega la ciencia en ello”, declaró el premio Nobel.

A su vez, la Rectora Lilia Cedillo agradeció la presencia del doctor Ramakrishnan y dejó abierta la invitación para que ésta no sea la última visita que realiza a la Máxima Casa de Estudios en Puebla.

Conversatorio con estudiantes destacados

De manera previa, el ganador del Premio Nobel de Química 2009 se reunió con estudiantes de licenciatura y posgrado de la BUAP, algunos de ellos ganadores de certámenes nacionales o internacionales, quienes externaron sus inquietudes y dudas en materia de investigación.

En una charla amena con sede en el Aula Virtual del CCU, los jóvenes de Ciencias de la Computación, Medicina, Biología, Biotecnología, Fisiología, entre otras carreras, también cuestionaron al doctor de origen indio la importancia de su tema de estudio, el cual derivó en dicho galardón internacional.

Por su parte, el doctor Venki Ramakrishnan compartió con los alumnos su interés por estudiar la complejidad de uno de los procesos biológicos del ser humano: la muerte, catalogada como un proceso multifactor. "Más allá de los titulares en los periódicos y la fama de mi laboratorio en la Universidad de Cambridge, mi objetivo es abundar en el envejecimiento del ser humano, cuyo cuerpo sufre una transición a lo largo de su vida".

Asimismo, compartió que no siempre se tienen resultados en los primeros experimentos y la necesidad de aprender diferentes técnicas de estudio.



Publicado en EDUCACIÓN
Domingo, 09 Noviembre 2025 10:51

BUAP rinden homenaje al Dr. Jesús Sandoval

- Notable científico, distinguido por sus aportaciones y por el legado que deja en las generaciones que formó

El rigor científico y un profundo amor por el conocimiento fueron características que distinguieron la trayectoria del doctor Jesús Sandoval Ramírez. Sin embargo, su trato afable y generosidad con sus alumnos, serán algo que siempre recordarán quienes lo conocieron. Sandoval Ramírez no está físicamente, pero su legado sí. Por ello, universitarios, familiares, amigos, colegas y alumnos se reunieron para rendirle un merecido homenaje en el Salón Barroco del Edificio Carolino.

Apasionado de su trabajo, como era, el doctor Sandoval Ramírez ha dejado un camino marcado por las colaboraciones y la formación de recursos humanos de alto perfil; todos reconocen que su ausencia es notable, pero sus enseñanzas y su esencia perduran. Para él, iniciar el día implicaba resolver pendientes en el laboratorio, asesorar a sus alumnos, dar clases, desarrollar proyectos, documentarse y proyectar su trabajo en un beneficio social. Vivió haciendo ciencia, y así se fue; la razón: amaba lo que hacía.

Sus colaboraciones con investigadores de instituciones de México, Francia, Alemania y Estados Unidos le permitieron participar en diferentes proyectos, como el desarrollo de nuevos compuestos taxoidales, utilizados como anticancerígenos. También hizo diversos descubrimientos, como la formación de una nueva familia de promotores de crecimiento vegetal, que aplicados en mínimas concentraciones en plantas logran un efecto de desarrollo vigoroso. A la par de este trabajo, creó un compuesto derivado del barbasco, para disminuir o eliminar el estrés hídrico y térmico en las plantas.

Su producción científica es vasta, así lo demuestran sus numerosas publicaciones en revistas indizadas y solicitudes de patente, además de más de 32 reconocimientos, los cuales trascienden más allá de la Máxima Casa de Estudios en Puebla. Fue miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, de la Academia Mexicana de Química Orgánica y de la Sociedad Química de México y de la America Chemistry Society.

Al recordar su historia, es inevitable mencionar que el doctor Jesús Sandoval siempre destacó por ser buen estudiante, por su capacidad de observación, pero también por su sencillez. Su padre, médico de profesión, lo incentivaba a seguir sus pasos; no obstante, terminó estudiando Ingeniería Química en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), en la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas. Posteriormente, cursó su maestría en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav), en el Departamento de Química.

Su interés por la academia lo llevó a doctorarse con honores en la Universidad de París XI, donde conoció al doctor Derek H. R. Barton, Premio Nobel por sus contribuciones en Química Orgánica en 1969. Sin duda, la figura de este científico inglés influiría de manera decisiva en la vida del doctor Sandoval, pues de él obtuvo no sólo conocimiento, también habilidades para el trabajo científico, además de generosidad y apoyo desinteresado.

Al concluir su doctorado, viajó a Canadá para un posdoctorado. Así llegó a la provincia de British Columbia y en la Universidad Simon Fraser trabajó con el doctor Brian Mario Pinto, en análisis conformacional de ciclos con átomos de azufre, oxígeno y selenio, compuestos nuevos en ese momento. El reto era plantear metodologías para obtenerlos y trabajar con ellos, algo que logró.

Al regresar a México, llegó a la BUAP, a la entonces Escuela de Ciencias Químicas, la cual no contaba con laboratorios y tampoco con posgrados vinculados a la investigación. Su nuevo reto: montar y equipar un laboratorio; para 1994 el primer posgrado en Ciencias Químicas fue aprobado, una propuesta que hizo y que le valió su nombramiento como coordinador por tres periodos consecutivos.

En su homenaje, distintas voces se escucharon, no sólo de su compañera de vida, María Jacobo, también de sus compañeros investigadores, de amigos con los que vivió los hechos ocurridos el 2 de octubre de 1968. Sus alumnos, con nostalgia, rememoraron anécdotas en las que se distinguía el trato amable, la empatía y el conocimiento generosamente compartido.

En este emblemático recinto del Edificio Carolino, el vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado, Ygnacio Martínez Laguna -en representación de la Rectora Lilia Cedillo Ramírez-, el director de la Facultad de Ciencias Químicas, Henoc Flores Segura, y la señora María Jacobo, encabezaron este homenaje, donde rindieron homenaje a una extraordinaria persona y científico notable, que siempre creyó, con convicción, que la ciencia puede y debe mejorar la vida de las personas.



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