“AMLO y el cambio climático”

Domingo, 10 Octubre 2021 12:50 Escrito por *Dr. Julián Germán Molina Carrillo.

El cambio climático, en el mundo, ha sido identificado como la modificación del clima que ha tenido lugar respecto de su historial a escala regional y global, refiriéndose a cambios de orden natural, sin embargo, actualmente, los mismos, se encuentran asociados con el impacto humano sobre el planeta.

Lo anterior, implica numerosas variables, como los ciclos del agua, los vientos solares y la posición de la Luna. Todas estas variables generan modificaciones sobre las condiciones atmosféricas que motivan la gran complejidad que caracteriza al clima de la Tierra, influyendo en las precipitaciones, nubosidad y muchos otros parámetros.

Al respecto, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), refiere, se entiende como un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables. Por otro lado, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) lo define como cualquier cambio en el clima con el tiempo debido a la variabilidad natural o como resultado de actividades humanas.

Lo anterior, tiene como principal causante, la actividad del hombre en cuanto a la sobre explotación de recursos naturales y al uso de substancias altamente dañinas, para los ecosistemas.

Ante tal situación, las políticas públicas en el mundo, dieron un vuelco importante, con el objetivo de contribuir a revertir el daño ocasionado a nuestro medio ambiente, todos teniendo como objetivo, salvar el mundo y abonar a reinventar los sistemas de producción.

Sin embargo, en nuestro país, la perspectiva de dicha situación global, pareciera carecer de importancia y se ha convertido en un tema que no merece la atención de nuestras principales autoridades, ni el más mínimo cuidado a la hora de proponer políticas públicas o acciones de gobierno en su favor, debido a que venden más los discursos demagógicos para tener mayor popularidad y respaldo ciudadano, que pensar en el futuro de las próximas generaciones.

Lo anterior se demuestra, al analizar las propuestas legislativas vetustas y retrogradas del presidente, López Obrador, como la reforma eléctrica, la cual, debido a su insistencia de seguir trabajando con energía generada por centrales de la Comisión Federal de Electricidad, incluidas las que queman combustóleo y carbón, sobre privadas de fuentes renovables, que en su momento han sido declaradas inconstitucionales por un juez de amparo.

Justificando su resolución, en que las mismas, ocasiona que se limite el despacho de centrales eléctricas que pueden ser más eficientes, ocasionando que se eleven las tarifas eléctricas para los consumidores finales, en detrimento del criterio de sustentabilidad y sin favorecer el crecimiento de oportunidades de desarrollo de energías limpias, baratas y eficientes que reduzcan el costo de la energía", afirmó el juez Gómez Fierro especializado en Competencia Económica, dentro de su resolución.

Sin embargo la postura del Presidente y de la 4T, denota un escaso conocimiento de la importancia que tiene, la renovación de los sistemas de explotación de los recursos naturales, cabe recordar que, en la Cumbre de Líderes sobre el Cambio Climático, convocada por el presidente estadounidense Joe Biden, y que el gobierno de EU calificó como “un evento clave en el camino hacia la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), realizada en Glasgow, el Presidente López Obrador, en su intervención, planteó: que EU “ofrezca visas de trabajo temporales y eventualmente la ciudadanía a quienes participen en un vasto programa de plantación de árboles que espera expandir a América Central”.

Lo anterior convencido, de que era una propuesta innovadora y que seguramente la comunidad internacional aplaudiría, por lo cual la completó proponiendo, que éste programa, se amplíe al sureste de México y Centroamérica “para sembrar 3,000 millones de árboles adicionales y generar un millón 200,000 empleos” y que sea EU quien lo financie en Guatemala, Honduras y El Salvador.

No conforme con pedirle a EU dedicar miles de millones de dólares para pagar el costo de Sembrando Vida en Centroamérica, también propuso, “con todo respeto” que el gobierno de EU le otorgue una visa de trabajo temporal a quienes siembren “sus tierras durante tres años consecutivos” y “luego de otros tres o cuatro años” hasta la residencia o la nacionalidad estadounidense.

Ahora con todo esto, podemos entender que no existe la mínima idea en nuestro presidente ni en sus principales consejeros de los beneficios de instaurar un sistema de energías limpias y por lo cual su propuesta de Ley ha sido evidenciada como inconstitucional y como otro capricho sexenal, que costará al país más de sesenta mil millones de dólares, en caso de aprobarse la reforma, para indemnizar a las empresas privadas que realizaron inversiones en el sector y que no se quedarán de brazos cruzados, ante la afectación en sus intereses y violación a los contratos y tratados firmados con el Gobierno, entre los que se incluye el TMEC, por lo que debemos preguntarnos si, como en otras ocasiones nos saldrá más caro a los mexicanos, él caldo, que las albóndigas, este capricho presidencial, cuando aún el mundo no ha salido de la pandemia del covid 19.

*Director general del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.

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