El jubileo del divino tesoro 2025: una ruta para descubrir y transformarse

Miércoles, 30 Julio 2025 11:04 Escrito por Víctor CORCOBA HERRERO / Escritor

Artículo | Algo Más Que Palabras 

“Será un buen momento, sin duda, para activar la cultura del abrazo con la mejor salud del alma, el hálito donante; simbolizando, con ello, que la solidaridad y la fraternidad debe unir a todos los pueblos”. 

Nada permanece, todo se renueva; la crónica es un viaje de exploración que nos transforma. Siempre es bueno reencontrarse, para no perderse y perdonarse, huir de la desmemoria dramática del pasado, buscar tiempo para nosotros; y, así, poder ahondar en el tema de la concordia y en el crecimiento anímico. Realmente, la pasividad es lo que nos destruye, somos seres en activo, deseosos de impulsar la cercanía en este peregrinar por aquí abajo, donde todos necesitamos de la caricia visual de una mirada para ilusionarnos. Lo sustancial radica en no desfallecer, puesto que tampoco se nace joven, hay que adquirir el soplo de la juventud; y, sin un modelo, no se logra el cambio. Desde luego, tanto el referente como la referencia radica en la auténtica expectativa, esa que no defrauda y nos restituye.

Me van a permitir que piense en el Jubileo del divino tesoro 2025, llevado a cabo en estos días en Roma, donde llegan multitud de peregrinos esperanzados y en otros lugares, que no pudiendo estar en la ciudad de los apóstoles Pedro y Pablo, lo celebrarán en las Iglesias particulares. Ojalá pueda ser para todos un momento de hallazgo amistoso, de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, puerta redentora y salvación para los creyentes. Al fin y al cabo, en el amor y en el amar anida el máximo consuelo, tras una biografía que está hecha de alegrías y dolores. Sea como fuere, la convicción jamás puede derrumbarse frente al sufrimiento; al igual que, el cariño, que suele ponerse a prueba cuando crecen los aprietos. Lo sustancial es no abandonarse y perseverar en la confianza. 

Bajo el vínculo del compañerismo que nos hermana, es verdad que en los ojos del joven arde la llama, pero en los más mayores de igual forma brilla la luz del Jubileo Católico 2025, un evento trascendental dentro de la Iglesia que se celebra cada veinticinco años, invitando a los fieles de todo el orbe a un tiempo de renovación espiritual, reconciliación y encuentro. Será un buen momento, sin duda, para activar la cultura del abrazo con la mejor salud del alma, el hálito donante; simbolizando, con ello, que la solidaridad y la fraternidad debe unir a todos los pueblos. No olvidemos, en consecuencia, que ninguno de nosotros vino al mundo como una individualidad aislada, sino vinculada a sus análogos, por el mero hecho del cordón umbilical. 

Nuestra dimensión comunitaria, consecuentemente, es algo natural, una manera de referirse a la persona, al ser que somos, nos sólo en el ámbito biológico, también en cuanto a conciencia, voluntad, inteligencia, raciocinios, sentimientos y tantos otros añadidos vivientes, siendo todo igualmente una comunión de pasión perenne que ni siquiera la muerte puede empañar. De ahí, la importancia de poner en valor al espíritu de la enmienda, que es como el alma del Jubileo, redescubriendo en particular nuestras propias miserias humanas. Hoy más que nunca, tenemos que aprender a reprendernos y a desprendernos, a increparnos y a compartir, en lo cotidiano y en lo pequeño, porque uno ha de ser para los demás, lo que los demás quiere que sean para uno. 

Estos signos de vitalidad del apego, nos recuerdan que nada está perdido y que todo puede renacerse, comenzando por nuestro interior que se va renovando cada aurora. Precisamente, la vocación de todo ser es sentir la poesía como parte de sí, no el poder. Seremos signo de esperanza, a cualquier edad y en cualquier instante, con un compromiso de vida; tanto en la primavera de la juventud, como en la plenitud del verano de la edad madura y después asimismo en el otoño y en el invierno de la vejez y, por último, en la hora de la muerte. Descansemos, pues, reflexivamente oyendo esas riadas de testimonios diversos. La cuestión es activar una tierra inédita, donde no sólo mejore la previsión de la economía mundial, incluso la ayuda humanitaria no cese y la conciliación nos gobierne. 

Víctor CORCOBA HERRERO / Escritor
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