La Convención sobre las Armas Químicas (CAQ), el único tratado multilateral del mundo que prohíbe de manera verificable una categoría entera de armas de destrucción masiva, cumple 20 años de vigencia este sábado 29 de abril. La CAQ prohíbe el desarrollo, producción, adquisición, almacenamiento, retención, transferencia y el uso de armas químicas.

Hasta la fecha, la CAQ —con 192 Estados Partes— ha verificado la destrucción de cerca del 95 por ciento de todas las reservas declaradas de armas químicas y ha contribuido sustancialmente a que nuestro mundo sea más seguro. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAC), el órgano de gobierno de la CAQ, ha facilitado la destrucción de armas químicas en Libia, Siria, Irak, Rusia, Albania, China y Estados Unidos, entre otros países.

Aun así, el trabajo de la comunidad internacional se encuentra lejos de estar terminado, y todavía existen importantes desafíos. En 2013, luego de los ataques devastadores perpetrados con armas químicas en los suburbios de Damasco, Siria adhirió a la CAQ y aceptó cumplir con la obligación de la Convención de declarar y eliminar completamente su programa de armas químicas. Pese a la destrucción de más de 1.200 toneladas de armas químicas y precursores químicos, la OPAC ha manifestado reiteradamente consternación por las falencias, incongruencias y discrepancias en la declaración de Siria. Las cuestiones planteadas por la OPAC se anticiparon a los nefastos ataques recientes con armas químicas efectuados por el régimen de Asad en Khan Shaykhun a principios de este mes.

Entre las dificultades adicionales se suman el presunto uso del agente nervioso VX en el asesinato de Kim Jong-Nam, en Malasia, un acto deleznable que representa una clara amenaza para la seguridad internacional. Asimismo, ISIS ha usado reiteradamente gas mostaza en ataques con armas químicas en Siria, al igual que en Irak. Es necesario que haya consecuencias para estas acciones y que los responsables rindan cuentas por sus acciones.

Los Estados Unidos mantiene su compromiso con la CAQ y con la eliminación total de las armas químicas en todo el mundo. Seguimos instando a la comunidad internacional a acompañarnos en este esfuerzo y a que se pronuncie de manera unánime contra el uso de armas químicas en todos lados y por cualquier actor. El uso de armas químicas por cualquier actor rebaja los estándares para otros, que podrían intentar actuar de la misma manera, e incrementa las probabilidades de que dichas armas sean usadas contra Estados Unidos, nuestros aliados o socios, o cualquier otra nación del mundo. En el 20° aniversario de la CAQ, reafirmamos que el uso de armas químicas no será tolerado.

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EL PRESIDENTE: Estimados estadounidenses: El martes, el dictador sirio Bashar al-Assad perpetró un nefasto ataque con armas químicas contra civiles inocentes. Utilizando un agente nervioso mortífero, Assad asfixió y arrebató la vida a hombres, mujeres y niños inocentes. Para muchos, fue una muerte lenta y despiadada. Este ataque inhumano asesinó con crueldad incluso a tiernos bebés. Ningún hijo de Dios debería jamás sufrir este horror.

Esta noche, ordené una ofensiva militar dirigida al aeródromo en Siria, desde donde se lanzó el ataque químico. Prevenir y disuadir la propagación y el uso de armas químicas mortíferas es vital para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. No hay dudas de que Siria usó armas químicas prohibidas, violó sus obligaciones conforme a la Convención sobre las Armas Químicas e ignoró completamente los reclamos del Consejo de Seguridad de la ONU.

Los intentos anteriores por modificar el comportamiento de Assad a lo largo de los años han fracasado, y en forma rotunda. Como resultado, la crisis de refugiados se sigue acentuando y se agrava la desestabilización de la región, y esto supone una amenaza para Estados Unidos y sus aliados.

Esta noche, insto a todas las naciones civilizadas a que se unan a nosotros en nuestro intento por detener la matanza y el derramamiento de sangre en Siria, y también para terminar con el terrorismo en todas sus formas y variantes. Pedimos a Dios que nos guíe con su sabiduría en el desafío que nos depara nuestro mundo difícil. Oramos por las vidas de los heridos y por las almas de quienes han perdido la vida. Y confiamos en que mientras Estados Unidos defienda la justicia, la paz y la armonía finalmente prevalecerán.

Buenas noches. Que Dios bendiga a Estados Unidos y al mundo entero. Muchas gracias.

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