Ciudad del Vaticano. - "Ha aumentado la persecución de los cristianos -dice el Papa- en algunas partes del mundo". Así, en la Conmemoración de los nuevos mártires y testigos de la fe en la Basílica de San Pablo, León XIV recuerda a quienes dan testimonio de "la fe sin utilizar nunca las armas de la fuerza y de la violencia, sino abrazando la fuerza débil y mansa del Evangelio".

Hay historias, rostros, caminos de vida marcados por la sangre pero que no terminan en una muerte violenta e injusta. Testigos de una resistencia desarmada y mansa que sobrevive y se multiplica, aunque a los ojos del mundo los mártires sean "derrotados", el Libro de la Sabiduría los define en verdad: porque "su esperanza permanece llena de inmortalidad".

Hoy, 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el Papa León ofrece una profunda y sentida reflexión en la Conmemoración de los nuevos mártires y testigos de la fe del siglo XXI, junto con representantes de las demás Iglesias y comuniones cristianas, en la Basílica de San Pablo Extramuros, en presencia de unos 4.000 fieles.

La fuerza débil y mansa del Evangelio

La esperanza llena de inmortalidad se entrelaza con la esperanza jubilar, se convierte en profecía y, subrayó el Papa, en "esperanza desarmada".

“Su martirio sigue difundiendo el Evangelio en un mundo marcado por el odio, la violencia y la guerra; es una esperanza llena de inmortalidad, porque aunque los mataron en el cuerpo, nadie podrá apagar su voz ni borrar el amor que dieron; es una esperanza llena de inmortalidad, porque su testimonio permanece como profecía de la victoria del bien sobre el mal. Sí, la suya es una esperanza desarmada. Dieron testimonio de la fe sin usar nunca las armas de la fuerza y la violencia, sino abrazando el poder débil y manso del Evangelio”.

Un amor más fuerte que la muerte

La celebración está precedida por una procesión hasta el altar de la Basílica, encabezada por el Papa junto con los Jefes y delegados de las Iglesias y Comunidades cristianas de Oriente y Occidente.

León XIV sigue a la Cruz, en la fiesta de la Exaltación de la Cruz y en memoria de su descubrimiento en Jerusalén por Santa Elena. Pensando en todos los que han perdido la vida en los últimos 25 años por fidelidad a Cristo, el Papa cita a san Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, asesinado en 1980 mientras celebraba la misa. Recuerda su confianza en un Dios "que siente el dolor de los que son torturados y asesinados. Un Dios vivo, que actúa, que obra, que conduce esta historia" y en quien se confía y se espera.

Tras la proclamación del Evangelio de las Bienaventuranzas, el Pontífice dirige en su homilía "un abrazo de paz" a todos y subraya que "estos audaces servidores del Evangelio y mártires de la fe han demostrado claramente que 'el amor es más fuerte que la muerte'", como ya había indicado san Juan Pablo II en el Jubileo del año 2000.

Mirando a la Cruz

Los mártires, subrayó el Papa, son "hermanos y hermanas con la mirada dirigida al Crucifijo", en la Cruz Jesús "nos ha mostrado el verdadero rostro de Dios, su infinita compasión por la humanidad; tomó sobre sí el odio y la violencia del mundo, para compartir la suerte de todos los humillados y oprimidos". Hoy esa opresión sigue viva "en situaciones difíciles y contextos hostiles", es ahí donde hombres y mujeres siguen cargando con la misma Cruz.

“Son mujeres y hombres, religiosos y religiosas, laicos y sacerdotes, que pagan con su vida su fidelidad al Evangelio, su compromiso por la justicia, su lucha por la libertad religiosa allí donde sigue siendo violada, su solidaridad con los más pobres”.

Sor Dorothy: la Biblia, un arma de amor

Así, el Papa León cita a algunos de los hombres y mujeres que son mártires de hoy. El primero es la hermana Dorothy Stang, monja estadounidense de la Congregación de Nuestra Señora de Namur, asesinada en 2005 en Anapu, en el Pará brasileño. El Pontífice ensalzó su "fuerza evangélica" entre los sin tierra de la Amazonia.

    “A los que iban a matarla, pidiéndole un arma, les mostró la Biblia, respondiendo: Aquí está mi única arma”

Padre Ganni: "un verdadero cristiano

De la Amazonia a Irak, León XIV recuerda al padre Ragheed Ganni, un sacerdote caldeo de Mosul "que -dice- renunció a luchar para dar testimonio de cómo se comporta un verdadero cristiano". El padre Ganni, amenazado desde hacía meses, fue asesinado después de misa el 3 de junio de 2007 por terroristas del autodenominado Estado Islámico; tres jóvenes diáconos perdieron la vida con él. En 2019 concluyó la fase diocesana del proceso de beatificación; dos años antes, en la celebración en memoria de los nuevos mártires en la basílica de San Bartolomé de Roma, el Papa Francisco había llevado su estola roja.
Hermano Tofi: un hombre de paz 

En el ecumenismo de sangre que, dice el Papa, "une a los cristianos de diferentes filiaciones" porque "la unidad viene de la Cruz del Señor", León XIV recuerda también al "Hermano Francisco Tofi, anglicano y miembro de la Melanesian Brotherhood, que dio su vida por la paz en las Islas Salomón. Hombre manso, comprometido en el proceso de desarme y reconciliación entre las facciones que habían desencadenado la guerra civil en la isla de Guadalcanal, fue asesinado con otros seis hermanos el 24 de abril de 2003.

“Los ejemplos serían muchos, porque desgraciadamente, a pesar del fin de las grandes dictaduras del siglo XX, la persecución de los cristianos todavía no ha terminado, es más, ha aumentado en algunas partes del mundo”.

Un mundo mejor

Por último, el Papa recuerda a un niño pakistaní, Abish Masih, asesinado en un atentado contra la iglesia católica de Yohannabad, el 15 de marzo de 2015 en Lahore, que "había escrito en su cuaderno: Hacer del mundo un lugar mejor". Abish tenía diez años cuando murió a consecuencia de las heridas sufridas en el atentado contra la iglesia, en el que murieron otras 15 personas. Asistía a las escuelas de paz de la Comunidad de Sant'Egidio, y su cuaderno se conserva en la Basílica de San Bartolomeo all'Isola de Roma, santuario de los nuevos mártires de los siglos XX y XXI.

    “Que el sueño de este niño nos estimule a dar testimonio valiente de nuestra fe, para ser juntos fermento de una humanidad pacífica y fraterna”

Hacer memoria

A continuación, el Pontífice asegura que los mártires de hoy de todas las tradiciones cristianas no serán olvidados, por lo que reafirma el compromiso de la Iglesia católica de preservar su memoria. La Comisión para los Nuevos Mártires, en el Dicasterio para las Causas de los Santos, en colaboración con el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, cumple esta tarea.

“Que la sangre de tantos testigos acerque el día bendito en que beberemos del mismo cáliz de salvación”.

Lámparas encendidas

Durante la celebración, se recordó en diversas lenguas a varios mártires de este tiempo, como sor Leonella Sgorbati, misionera de la Consolata, asesinada in odium fidei en Mogadiscio, Somalia, el 17 de septiembre de 2006, delante del hospital pediátrico donde trabajaba. Fue beatificada el 26 de mayo de 2018, el día en que recibió el sacramento de la Confirmación en Piacenza, su tierra natal. Escribió a sus hermanas para que fueran “auténticos testigos de Cristo en nuestra vida cotidiana, aquí donde estamos”. Lo que ella, con su vida de servicio, siempre ha llevado a cabo.

También se ha recordado a los cristianos evangélicos asesinados por terroristas en la Misión de Silgadji, en Burkina Faso, el 29 de abril de 2019, el primer atentado contra fieles reunidos en un lugar de culto en el país. Un pensamiento también para los veintiún coptos ortodoxos asesinados en Libia el 15 de febrero de 2015, eran 20 egipcios y un ghanés, fueron degollados en la playa de Sirte donde trabajaban por no renegar de su fe. Los hombres del autodenominado Estado Islámico los mataron. Sus cuerpos fueron encontrados más tarde, en 2017, en una fosa común. El Papa Francisco también los incluyó en el Martirologio Romano "como signo de la comunión espiritual" que une a las Iglesias católica y copta ortodoxa.

Para recordarlos, se encendieron varias lámparas, colocadas a los pies de la cruz, porque la luz de la fe nunca muere, como no muere el amor de Cristo por quienes le siguen.

Publicado en RELIGIÓN
Domingo, 05 Mayo 2019 15:41

Hacer memoria

Artículo | Algo Más Que Palabras

“Se requiere como jamás una reducción inmediata de las hostilidades”.

     Todo nos nace y nos rehace en el recuerdo, porque vive en nuestro intelecto y es un privilegio que nos otorga haber vivido, para bien o para mal. Por eso, es saludable volver hacia aquellos horizontes abrazados, reflexionar sobre ellos, ante todo para no caer en el olvido y cometer los mismos errores del pasado, pues todos ellos han conformado las diversas épocas de nuestra vida. Personalmente, creo que es bueno para avanzar hacia lo armónico, hacer memoria a las órdenes del corazón; al menos para tomar conciencia de que cohabitamos hacia la cúspide de lo fraterno, si lo hacemos todo responsablemente. Quizás, sin este compromiso, no merezcamos existir. Porque, al fin, uno ha de vivir con plenitud y dignidad. No olvidemos que nuestro paso perdura en la retentiva de los vivos; y, ciertamente, nuestra huella por este globo, a pesar de nuestra fragilidad, es la de oponernos al territorio de la crueldad, haciendo del amor hacia sí mismo y hacia los demás, el supremo criterio de nuestro andar por la tierra.

    Por tanto, para crecer en humanidad hay que hacer memoria, justamente para ahondar en aquellas situaciones que nos cambiaron la vida. En consecuencia, es todo un acierto a mi manera de ver, celebrar Jornadas de Recuerdo y Reconciliación, cuando menos para hacernos reflexionar y cambiar de rumbo ante esta atmósfera de violencias y violaciones permanentes, que buena parte de la población mundial viene sufriendo. Ahí está el referente de Naciones Unidas y de otras organizaciones Internacionales, tras finalizar la segunda guerra mundial, en lo que respecta a corregir sus secuelas, así como en materia de reconciliación, cooperación internacional y regional y promoción de los valores democráticos, los derechos humanos y las libertades fundamentales. No podemos continuar enfrentados, hemos de entendernos. La mano dura, que levanta muros y siembra terror, no es el remedio para el orbe desgarrado. Nuestra historia nos da reflejo que esta espiral de hechos fanáticos son destructivos, que el ojo por ojo hace que todos los moradores acabemos ciegos, que para hacer familia sólo hay una solución: el cuidado de todos con la cooperación de cada cual, como primer paso hacia la justicia y la igualdad.

    Realmente impresiona la actualidad, la escalada de realidades sangrientas no cesa, por eso es trascendental hacer evocación de lo vivido en otros periodos, pues se requiere como jamás una reducción inmediata de las hostilidades y que vuelvan las poblaciones a repensar sobre lo positivo que es llegar a acuerdos que nos sosieguen, ante este ambiente de guerras en diferentes países y continentes; terrorismo, criminalidad entre género, y ataques de venganza impredecibles; abusos contra los emigrantes y las víctimas de la trata; devastación de la casa común…Hay que romper tantas cadenas injustas que necesitamos un plus de generosidad y un sol que nos  purifique. Sálvese el que pueda. Ya en su tiempo, cuando la Madre Teresa recibió el premio Nobel de la Paz, en 1979, declaró claramente su mensaje de la no violencia activa: “En nuestras familias no tenemos necesidad de bombas y armas, de destruir para traer la armonía, sino de vivir unidos, amándonos unos a otros […]. Y entonces seremos capaces de superar todo el mal que hay en el mundo”. Porque la fuerza de las armas es engañosa. “Mientras los traficantes de armas hacen su trabajo, hay pobres constructores de vínculos que dan la vida sólo por ayudar a una persona, a otra, a otra”; para estos constructores de la concordia, Madre Teresa es un símbolo, un icono de nuestro tiempo.

    Desde luego, son los pequeños gestos, los que nos hacen grandes. Pensemos en esa gente desesperada que huye, que requiere de nuestro auxilio. Quizás tengamos que lanzarnos con ellos a pedir justicia, lo que exige de acciones muy concretas por parte de todos, de ahí la importancia de una información transparente y fidedigna, pues hoy más que nunca se requiere crear instituciones justas e imparciales, para que los líderes rindan cuentas y poder decirle la verdad a las autoridades. Por desgracia, en México se han encontrado casi dos mil fosas entre 2006 y 2016, casi una fosa cada dos días. Esto lo dio a conocer un colectivo de periodistas en el trabajo de investigación “El país de las 2000 fosas”, que obtuvo el primer lugar del Premio Breach-Valdez de Periodismo y Derechos Humanos, entregado en dicha nación, recientemente, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa. La maldita falsedad, o la verdad mal entendida que suele necesitar una legión de cómplices, suele corrompernos tanto, que nuestras propias raíces de nuestra vida moral suelen estar complemente enfrentadas y podridas. Ojalá aprendamos a hablar claro y profundo, y en esto los medios de comunicación son esenciales, sobre todo en los procesos de conformidad y mediación dentro del actual contexto mundial.  Dejándonos iluminar por la verdad, seremos más libres y estaremos en mejor disposición de ser agentes de quietud, ciudadanos de verbo y acción verdadera.  La apuesta de legar un futuro más sereno y más seguro a las generaciones venideras depende de todos nosotros. No cerremos las puertas a la esperanza. Hagamos memoria cada día y recapacitemos. Nos vendrá bien a todos.
       
Víctor Corcoba Herrero / Escritor
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Publicado en COLUMNAS
Domingo, 16 Septiembre 2018 20:09

Haciendo historia

Artículo | Algo Más Que Palabras

“La mejor manera de hacer memoria es la de ser amor, para poder ser vida en el análogo”
  
    Me gusta la gente que forja historia, que no se queda parada en el camino, que está siempre dispuesta a poner acción en su diario existencial, sabiendo que la mejor manera de hacer memoria es la de ser amor para poder ser vida en el análogo, e injertar humanidad en sus tareas. Quizás tengamos que salir más de sí mismos, ser más cooperantes en esa búsqueda de encuentros armónicos, porque el mundo de hoy lo hemos convertido en un espacio de luchas inútiles, que no conducen nada más que al caos. Vuelva, pues, la calma. Tengamos generosidad y pongamos espíritu conciliador. Hay que reducir contiendas. No podemos acostumbrarnos a convivir con la crueldad más sanguinaria. Recapacitemos. Miremos hacia atrás. Hagamos memoria. Fomentemos las reuniones, pues en realidad nos sentimos demasiado distantes unos de otros, a pesar de que todo parece estar conectado, olvidándonos que lo primordial de esa interconexión son los verdaderos latidos del alma, siempre a punto de acoger y auxiliar.

    Sin duda, todos estamos llamados a proseguir y a volver a empezar. Todo menos quedarse sin hacer nada. Precisamente, la vida es eso, el no desfallecer en el compromiso, sin perder la esperanza y la pertenencia a unas raíces que florecerán en el futuro. El desarraigo también nos deja sin fuerzas. Por eso, es importante que la desigualdad, en todas sus formas y dimensiones, entre países y dentro de ellos, deje de ser un activo. Continua habiendo diferencias significativas en el bienestar de las personas y esto es inadmisible. Desde luego, necesitamos accionar otro espíritu más justo, es cuestión de supervivencia, al menos para que progrese la conciencia de la entereza y el equilibrio, en nuestra propia historia del pensamiento.

    Indudablemente, tan vital como no perder el desvelo por la verdad y el afán por hallarla, es fraguar nuestra continuidad en un planeta en el que el calentamiento global se produce más deprisa que las medidas políticas para controlarlo, amenazando nuestra mera existencia. Por desgracia, somos una generación muy poco comprometida con el bienestar del conjunto de la población, con ese bien colectivo que todos nos merecemos por el hecho de ser personas. Pero ante esta alarmante situación, no solo hay que indignarse, es menester comprometerse, aunque suponga esfuerzo y valentía, pero según se intensifique el cambio climático, el agua será más escasa, será más complicado alimentarnos, la extinción de especies se acelerará y más personas migrarán, lo que ya, al día de hoy, está provocando conflictos sobre unos recursos menguantes.

    Ojalá aprendamos a rectificar a tiempo y volvamos a ser más humanitarios, más del corazón que de los pedestales de don dinero, porque al fin, lo que nos vale es afianzarnos al deber moral de permanencia como especie. En consecuencia, son los países más industrializados los que han de cortar sus emisiones mortecinas, además de asegurar que los más vulnerables puedan sobrevivir a sus tropelías. Por otra parte, como bien ha dicho el titular de la ONU, “tendremos que repensar cómo calentaremos, enfriaremos y alumbraremos nuestros edificios para que desperdiciemos menos energía”. Está bien la llamada. Solidaricémonos. No perdamos la orientación nadie. De entrada, el Secretario General de Naciones Unidas, ha nombrado al diplomático mexicano Luis Alfonso de Alba como enviado especial para los preparativos de la Cumbre que Guterres ha convocado para septiembre de 2019 con el objetivo de colocar la lucha contra el cambio climático en lo más alto de la agenda política mundial.

    En definitiva, es una verdadera revolución mundial la que se  perfila en el horizonte de la historia de esta época. Y, en efecto, todos estamos llamados a poner nuestro pulso al servicio de otros pulsos. O si quieren, todos tenemos una misión que cumplir, cada cual la parte que le corresponde, lo que requiere más escucha y más valor por toda vida, desde su concepción y durante todo su curso hasta el fin natural. Lo sabemos. Pues pongámonos a amarnos. Todo se resuelve bajo esta atmósfera del querer. En cualquier caso, sí cada uno de nosotros es una leyenda impresa sobre el libro del universo, no rompamos ese resplandeciente poema que, en el fondo, a todos nos sustenta y nos sostiene. Haya claridad en las ideas entonces. Démonos luz. Que nadie se excluya (o lo descarten).
   
Víctor Corcoba Herrero / Escritor
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Publicado en COLUMNAS

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos