Ciudad del Vaticano. - En la Misa conclusiva del Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos León XIV destacó que ellas forjan el futuro de los pueblos y pidió a los esposos ser ejemplo de coherencia y amor que educa en libertad.

"Son las familias las que generan el futuro de los pueblos", proclamó con fuerza el Papa León XIV desde el corazón de una abarrotada Plaza San Pedro, ante más de 45.000 personas —padres, hijos, abuelos y niños— que desde las primeras horas del día se congregaron para celebrar el Jubileo dedicado a las Familias. Bajo un cielo radiante y un clima de profunda emoción este domingo 1 de junio de 2025, Solemnidad de la Ascensión del Señor y 59ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Pontífice saludó con gestos de ternura desde la papamóvil: besó a los más pequeños, bendijo a madres y padres, y acarició a los ancianos que conmovidos extendían sus manos. Fue un signo concreto de la comunión que predicó más tarde en su homilía: una unidad tejida en el amor, real y transformadora.

A las familias, el Papa les confió el precioso mandato del Evangelio del día: vivir una "unión universal" que refleje el amor mismo de Dios. "Todos hemos recibido la vida antes de quererla", recordó. Y añadió que especialmente los más pequeños necesitan de los demás para vivir, porque "nadie puede hacerlo solo". Vivimos —dijo— "gracias a una relación, es decir, a un vínculo libre y liberador de humanidad y cuidado mutuo".

Santa misa presidida por el Papa León XIV durante el Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos, domingo 1 de junio de 2025.

Santa misa presidida por el Papa León XIV durante el Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos, domingo 1 de junio de 2025.   (@Vatican Media)

Desde esa visión profundamente relacional del ser humano, León XIV se sumergió en el Evangelio de San Juan para destacar la oración de Jesús en la Última Cena, donde el Señor pide al Padre que “todos sean uno”. No se trata de una fusión impersonal, aclaró el Santo Padre, sino de una comunión viva que nace del amor con que Dios ama: un amor que une sin aplastar, que salva sin imponer, que construye comunidad sin borrar la diferencia.

"La unidad por la que Jesús ora es un don", precisó, "y es desde su corazón humano que el Hijo de Dios se dirige al Padre diciendo: ‘Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno’". Ese amor divino, aseguró León XIV, es más fuerte que cualquier herida, incluso las provocadas cuando la libertad se invoca para quitar vida o dividir.

En este contexto, el Papa hizo un llamado urgente a redescubrir la vocación de la familia como santuario del amor fiel y fecundo. Citó con entusiasmo a matrimonios canonizados juntos, como los santos Luis y Celia Martin o los mártires polacos Ulma, para sostener que “el matrimonio no es un ideal inalcanzable, sino el modelo concreto del amor entre el hombre y la mujer”. Y subrayó: "Ese amor, al hacerlos ‘una sola carne’, los capacita para dar vida, a imagen de Dios".

A los esposos, el Papa les pidió ser ejemplo de coherencia para sus hijos; a los niños, gratitud hacia quienes les dieron la vida; y a los abuelos y ancianos, una vigilia amorosa llena de sabiduría. "En la familia, la fe se transmite como el pan en la mesa y los afectos del corazón", dijo.

Finalmente, el Obispo de Roma alzó la mirada hacia el horizonte eterno, recordando que un día seremos todos "uno" (In illo uno unum), una sola cosa en Dios. "No sólo nosotros —afirmó—, sino también los que ya nos han precedido en la luz de su Pascua". Su mensaje concluyó con un gesto de esperanza y un eco profético: que las familias, unidas en su diversidad, sean el signo de paz que el mundo necesita.

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Ciudad del Vaticano. - El cuerpo del difunto Papa Francisco será trasladado a la Basílica de San Pedro el miércoles a las 9:00 a. m. para estar en el estado hasta su funeral el sábado por la mañana a las 10:00 a.m.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede anunció el martes que el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio de Cardenales, presidirá la misa fúnebre, que será celebrada por patriarcas, cardenales, arzobispos, obispos y sacerdotes de todo el mundo.

La celebración eucarística concluirá con el Ultima encomiendatio y la Valedictio, marcando el inicio de los Novemdiales, o nueve días de luto y Misas por el reposo del alma del Papa Francisco.

El cuerpo del difunto Papa será llevado a la Basílica de San Pedro y luego a la Basílico de Santa María Mayor para su sepultura.

Antes, el miércoles, el ataúd que contiene el cuerpo del Papa será llevado desde la capilla de la Casa Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro.

El cardenal Kevin Farrell, Camerlengo de la Sagrada Iglesia Romana, presidirá el rito de traducción el 23 de abril, que comenzará a las 9:00 a. m. con un momento de oración.

La procesión pasará por la Plaza de Santa Marta y la Plaza de los Protomártires Romanos, según la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

La procesión saldrá a través del Arco de las Campanas hacia la Plaza de San Pedro y entrará en la Basílica del Vaticano por la puerta central.

En el Altar de la Confesión, el Cardenal Camerlengo presidirá la Liturgia de la Palabra, en cuya conclusión comenzarán las visitas al cuerpo del Romano Pontífice.

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Ciudad del Vaticano. - El anuncio del cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia desde la Casa Santa Marta: «A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de la Iglesia».

Hace poco, el cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, anunció con tristeza el fallecimiento del Papa Francisco, con estas palabras:

«Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre.

Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados.

Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino».

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Ciudad del Vaticano. - Al final de la celebración eucarística jubilar, dirigiéndose a los militares de todo el mundo, el Papa hace otra recomendación citando la «Gaudium et spes»: observar siempre las convenciones internacionales sobre los conflictos, guardar «sagrado respeto por la vida de la Creación». Luego su pensamiento se dirige a Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar, Kivu, Sudán: «Que callen las armas en todas partes y que se escuche el grito de los pueblos que piden la paz».

Al final de la Misa por el Jubileo de las Fuerzas Armadas, de Policía y de Seguridad, presidida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, el Pontífice renueva su recomendación a la luz de la Constitución Pastoral Gaudium et spes, que en el párrafo n. 79 especifica precisamente el deber de mitigar la inhumanidad de la guerra.

El servicio armado sólo debe ejercerse en legítima defensa

La puntualización de la doctrina de la Iglesia se hace antes de la oración mariana dominical, al tiempo que se da las gracias a las autoridades civiles presentes en el Vaticano por su peregrinación, «por su servicio pastoral» y a los ordinarios y capellanes castrenses. A los militares esparcidos por el mundo, el Pontífice recuerda uno de los principales documentos del Concilio Vaticano II que dice: «Los que, al servicio de la patria, se hallan en el ejercicio, considérense instrumentos de la seguridad y libertad de los pueblos».

Este servicio armado sólo debe ejercerse en defensa propia, nunca para imponer el dominio sobre otras naciones. Siempre observando las convenciones internacionales sobre conflictos. Y ante todo con sagrado respeto a la vida de la Creación.

El Papa a las Fuerzas Armadas: no se dejen seducir por las armas, defiendan siempre la vida

Francisco presidió en la plaza de San Pedro la misa jubilar por los cuerpos militares y de seguridad, destacando su valor en la «lucha contra la criminalidad y las diversas formas ...

Rezar por la paz en las regiones desgarradas por los conflictos

Y confiando su oración a la Virgen, Reina de la Paz, Francisco no olvida dirigir su pensamiento a la «atormentada Ucrania, en Palestina, en Israel, Myanmar, en todo Oriente Medio, en Kivu, en Sudán.

Que en todas partes callen las armas y se escuche el grito de los pueblos que piden la paz.

Las palabras del Papa llegan cuando los escenarios de conflicto en algunas regiones del mundo despiertan la preocupación de cancillerías y pueblos. En relación a la guerra en Ucrania, el presidente de EEUU, Trump, afirmó en una entrevista al New York Post que había hablado por teléfono con su homólogo ruso, Putin, para intentar negociar el fin del conflicto. Por parte rusa ninguna confirmación ni desmentida. En la ex Birmania, donde la Junta Militar lleva casi cuatro años atacando a la población, la situación de los refugiados es desesperada, agravada por las medidas enérgicas de Donald Trump contra la agencia de desarrollo estadounidense USAID, que -como señala la organización humanitaria católica missio Aachen- ya están teniendo un gran impacto, al dejar de financiarse de la noche a la mañana un centro de salud en un campo de refugiados en la frontera entre Tailandia y Myanmar. Mientras tanto, el Presidente de Kenia, que actualmente lidera la Comunidad de África Oriental, organismo que promovió la cumbre de ayer en Dar es Salaam, ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas armadas de la República Democrática del Congo para que cesen las hostilidades: que el grupo M23 deje de avanzar y que el ejército congoleño deje de responder.

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Ciudad del Vaticano. - En su primera catequesis del año nuevo 2025, el Santo Padre reflexiona sobre los niños, "don de Dios", y denuncia la triste realidad de muchos menores que mueren a causa del hambre, de las catástrofes y de la guerra. Asimismo, exhorta a no privarlos de sus sueños.

"La plaga del trabajo infantil" fue el tema central de la reflexión del Papa Francisco este miércoles 8 de enero, durante su primera catequesis del año nuevo 2025 en la Audiencia General en el Aula Pablo VI. El Santo Padre destacó que, aunque hoy somos capaces de proyectarnos hacia Marte o de explorar mundos virtuales, nos cuesta reconocer el sufrimiento en los ojos de un niño abandonado, explotado y abusado.

En este contexto, el Pontífice subrayó la contradicción de un siglo que, mientras avanza en la creación de inteligencia artificial y en la posibilidad de existencia multiplanetaria, aún ignora la grave herida de la infancia humillada, explotada y mortalmente dañada. "Pensemos en esto", pidió el Obispo de Roma.

El Santo Padre desarrolló el mensaje que brinda la Sagrada Escritura sobre los niños y planteó que "son un regalo de Dios". No obstante, remarcó que este don no siempre es tratado con respeto. "La Biblia misma, prosiguió, nos conduce por los caminos de la historia donde resuenan cantos de alegría, pero también se elevan los gritos de las víctimas".

A su vez, el Sucesor de Pedro precisó que la tormenta de violencia de Herodes estalla inmediatamente también sobre Jesús recién nacido, que masacra a los niños de Belén. Se trata de "un drama oscuro que se repite de otras formas en la historia", acotó. "Y aquí, para Jesús y sus padres, la pesadilla de convertirse en refugiados en un país extranjero, como les sucede a muchas personas hoy, tantos niños", añadió.

Luego, el Pontífice manifestó que hoy en particular, hay demasiados niños obligados a trabajar. Sin embargo, puntualizó que un niño que no sonríe y no sueña no podrá conocer ni dejar florecer sus talentos.

    “En todas partes de la tierra hay niños explotados por una economía que no respeta la vida; una economía que, al hacerlo, quema nuestro mayor depósito de esperanza y amor.”

Para Francisco, quienes se reconocen hijos de Dios, y especialmente quienes son enviados a llevar a los demás la buena nueva del Evangelio, no pueden permanecer indiferentes.

    “No podemos aceptar que los hermanitos, en lugar de ser amados y protegidos, sean despojados de su infancia, de sus sueños, víctimas de la explotación y la marginación.”

Finalmente, animó a pedir al Señor que abra nuestra mente y nuestro corazón al cuidado y la ternura, y bregó por que "cada niño y niña del mundo pueda crecer en edad, sabiduría y gracia, recibiendo y dando amor".

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Ciudad del Vaticano. - Al final de la audiencia general, el Papa volvió a pedir rezar por la paz en los países afectados por conflictos. «La guerra es una derrota humana», afirmó, recordando la iniciativa del episcopado polaco de la Jornada de Oración y Ayuda Material por la Iglesia del Este: gracias por las ofrendas en esos territorios, especialmente en Ucrania.

La guerra es una derrota humana... La guerra no resuelve los problemas, la guerra es mala, la guerra destruye.

Casi una letanía contra el horror de los conflictos que, entre Europa del Este, Oriente Medio, el sudeste asiático y África, afligen a pueblos y naciones, fue la que recitó Francisco desde de la plaza de San Pedro. Al final de la Audiencia General de hoy, 4 de diciembre, el Papa, terminados sus saludos en las distintas lenguas, volvió a pedir el cese de una violencia que parece multiplicarse en lugar de disminuir.

Pensamientos para los niños, víctimas de las guerras

Como cada miércoles y cada domingo en el Ángelus, el Pontífice citó los territorios atormentados, empezando por Ucrania, luego Palestina, Israel, Myanmar. Su pensamiento fue a las víctimas, en particular, los niños: «Tantos muertos inocentes». Según Unicef, el número constatado de menores muertos por los ataques rusos en Ucrania aumentó este año a casi el 40% respecto al año pasado; el mismo organismo de la ONU dio la voz de alarma hace unos meses sobre el aumento de víctimas civiles, incluidos niños, debido al uso de minas y otros artefactos explosivos utilizados por las distintas partes en la escalada en Myanmar. En cambio, se habla de más de 3.000 niños, incluso menores de cinco años, muertos en la Franja de Gaza.

Tantos niños muertos, tantos inocentes muertos. Recemos para que el Señor nos traiga la paz. Recemos siempre por la paz.

Jornada de oración y ayuda material para la Iglesia de Oriente

Un pensamiento para Ucrania expresó el Papa poco antes, durante su saludo a los fieles polacos, en el que recordó la celebración el próximo domingo, 8 de diciembre, de la XXV Jornada de oración y ayuda material para la Iglesia de Oriente. Se trata de una iniciativa del episcopado polaco, activa desde hace nada menos que 24 años, que, en colaboración con organizaciones, parroquias, congregaciones, comunidades o donantes particulares, organiza y envía numerosas ayudas humanitarias para apoyar tanto a los refugiados de guerra que viven en Polonia como a las personas que viven en territorios afectados por los efectos de las guerras.

Agradezco a todos los que apoyan con la oración y las ofrendas a la Iglesia en esos territorios, especialmente en Ucrania, devastada por la guerra. ¡Los bendigo de corazón!

Saludo del Papa a los fieles chinos en la audiencia general

El Papa Francisco también envió una bendición especial al pueblo chino con ocasión de la primera lectura en ese idioma del resumen de la catequesis de los miércoles. Al final de la lectura de la traductora, colaboradora de la agencia Fides, y mirando al grupo de chicos y chicas chinos, en primera fila en la Plaza de San Pedro, el Pontífice envió su saludo al gran país oriental hacia el que siempre ha reiterado su estima y afecto.

Deseo dirigir mi cordial saludo a los chinos aquí presentes y a los que están conectados a través de los medios de comunicación. Sobre todos ustedes y sus familias invoco la alegría y la paz. Que Dios los bendiga.

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Ciudad del Vaticano. - En la Solemnidad de Cristo Rey, Francisco reflexiona sobre dos palabras, rey y mundo, para recordar que el reino de Jesús no es de este mundo, no está hecho de poder o de violencia, es el reino de los cielos, que Cristo trae a la tierra derramando gracia y verdad.

La conversación entre Pilatos y Jesús antes de su condena a muerte que presenta el Evangelio de hoy sirve de punto de partida para la reflexión del Santo Padre que, ante una plaza de San Pedro, soleada y repleta de fieles y peregrinos en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, recuerda que el reino de Jesús no es de este mundo, redime del mal con el poder del amor, libera y perdona, da paz y justicia.

La Palabra que transforma el mundo

Tras la celebración de la Santa Misa en la solemnidad de Cristo Rey y Jornada Mundial de la Juventud, en la Basílica de San Pedro, Francisco en el Ángelus puso de relieve dos palabras: rey y mundo. Y es que, respondiendo a Poncio Pilato, “Jesús afirma ser rey” pero diferente, es “Aquel que dice la verdad” y su poder “el Verbo Encarnado reside en su palabra verdadera y eficaz, que transforma el mundo”.

Un mundo, muy diferente al de Pilato, recuerda el Papa, en el que los fuertes ganan a los débiles, los ricos a los pobres, los violentos a los mansos. “Un mundo -afirmó - que desgraciadamente conocemos bien”.

“Jesús es Rey, pero su reino no es de este mundo. El mundo de Jesús, de hecho, es el nuevo, el eterno, que Dios prepara para todos dando su vida por nuestra salvación. Es el reino de los cielos, que Cristo trae a la tierra derramando gracia y verdad. El mundo, del cual Jesús es Rey, redime la creación arruinada por el mal con el poder del amor divino que libera y perdona, que da paz y justicia”.

Quien no se abre a la verdad…

El Santo Padre resalta esa actitud de Pilato que, no obstante, el diálogo cercano con Jesús “permanece lejos de él”- Vive en un “mundo diferente” – dice el Pontífice, por lo que “su diálogo no se convierte en entendimiento, Pilato no se abre a la verdad, aunque la tenga delante”. Condenó a muerte a Jesús sin haber entendido sus palabras.

“Y, sin embargo, Cristo vino al mundo, a este mundo nuestro: el que es de verdad oye su voz. Es la voz del Rey del universo, que se convirtió en el sirviente de todos”.

¿Jesús es mi "rey"?

“Escuchar al Señor ilumina nuestro corazón y nuestra vida”. Esta afirmación del Papa fue seguida con sus usuales preguntas que invitan a la reflexión y que ponemos en manos de la Vírgen María Madre Nuestra, con esperanza en el Reino de Dios

“¿Puedo decir que Jesús es mi "rey"? ¿En qué sentido? ¿Es su Palabra mi guía, mi certeza? ¿Veo en él el rostro misericordioso de Dios hacia mí y hacia cada hermano y hermana?”

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Ciudad del Vaticano. - El Papa Francisco invita a dar a las cosas “su justo peso” y a reflexionar sobre “lo que pasa y lo que permanece en nuestras vidas”, recordando que no tenemos que estar apegados a las cosas de la tierra sino a las palabras de Jesús que nos guían hacia la vida eterna.

Este mediodía el Papa Francisco se ha asomado desde el balcón pontificio para presidir la oración mariana del Ángelus y comentar el Evangelio de la liturgia de hoy, en el que el evangelista Marcos describe un escenario que parece apocalíptico, pero en realidad está impregnado de esperanza: “muchos podrían pensar en el fin del mundo, pero el Señor aprovecha la ocasión para ofrecernos una interpretación diferente” dice el Papa y se detiene en dos conceptos: “lo que pasa y lo que permanece”.

Las crisis y los fracasos nos enseñan a dar a cada cosa su justo peso

El Pontífice invita a tomar una perspectiva profunda sobre las crisis y los fracasos que experimentarnos y a no dejar que las dificultades nos desborden: “En algunas circunstancias de nuestra vida, cuando atravesamos una crisis o experimentamos algún fracaso, así como cuando vemos a nuestro alrededor el dolor causado por las guerras, las violencias, las catástrofes naturales, tenemos la sensación de que todo llega a su fin, y sentimos que incluso las cosas más bellas pasan”.

Sin embargo, el Papa recuerda que el sufrimiento y las pruebas son parte de la experiencia humana y nos enseñan a no aferrarnos excesivamente a lo material ni a lo transitorio: “Las crisis y los fracasos, aunque dolorosos, son importantes, porque nos enseñan a dar a cada cosa su justo peso, a no atar nuestro corazón a las realidades de este mundo, porque pasarán: están destinadas a pasar”.

Moriremos un día, pero no perderemos nada de lo que hemos construido y amado

Aunque en la vida todo pasa, hay algo que permanecerá eterno: las palabras de Jesús; “éstas – dice el Papa – permanecerán por siempre”.

“En Él volveremos a encontrar un día las cosas y las personas que han pasado y que nos han acompañado en nuestra existencia terrenal. A la luz de esta promesa de resurrección, toda realidad adquiere un significado nuevo: todo muere y también nosotros moriremos un día, pero no perderemos nada de lo que hemos construido y amado, porque la muerte será el comienzo de una nueva vida”.

¿Estás apegado a las cosas de la tierra o a las palabras del Señor?

Por último, el Papa invita a reflexionar sobre la “esperanza cristiana” y recuerda que, incluso en las tribulaciones, en las crisis y en los fracasos “el Evangelio nos invita a mirar la vida y la historia sin tener miedo de perder lo que acaba, sino con alegría por lo que queda” pues Dios “nos prepara un futuro de vida y alegría”.

Y antes de concluir, el Papa ha lanzado una pregunta crucial: ¿estamos apegados a las cosas de la tierra, que pasan rápidamente, o a las palabras del Señor, que permanecen y nos guían hacia la eternidad?

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Ciudad del Vaticano. - En el Ángelus de la Plaza de San Pedro, Francisco invitó a tener el cuidado y la mirada de Jesús, que escuchó la súplica de Bartimeo, el ciego curado: “Quien más gracia recibe de la limosna es quien la da, porque se deja mirar por los ojos del Señor”.

El Papa en el Ángelus relanzó algunos puntos esenciales de su reflexión sobre el Evangelio de Marcos que narra la curación del ciego Bartimeo. Resumió lo que ya había profundizado en la homilía de la misa con los participantes en la Asamblea sinodal en el Vaticano. ¿Cómo miramos al pobre? ¿Con piedad evangélica o con indiferencia?

Jesús ve al mendigo que grita y lo escucha

La multitud ignora a Bartimeo, en cambio los “receptores” de Jesús están activos. La gente no tiene “ninguna mirada de atenta, ningún sentimiento de compasión” aunque Bartimeo sí se hace oír y ver. “Jesús, sin embargo, le escucha y le ve”. El sentido del grito, de la fe, del camino, es lo que Francisco puso de relieve en el Ángelus.

En primer lugar, el grito de Bartimeo, que no es sólo una petición de ayuda. Es una afirmación de sí mismo. El ciego está diciendo: “Yo existo, mírame. No puedo ver, Jesús. ¿Tú me ves?". Sí, Jesús ve al hombre mendicante y lo escucha, con los oídos del cuerpo y con los del corazón.

Cuántas veces miramos para otro lado

Francisco invitó a ponerse en el lugar de Jesús, pero también en el del pobre: “Cuando nos cruzamos con algún mendigo por la calle: ¿cuántas veces miramos para otro lado? ¿cuántas veces lo ignoramos, como si no existiera?”. Luego, como de costumbre, el Papa jesuita planteó preguntas para el discernimiento personal y comunitario.

¿Cómo miro a un mendigo? ¿Lo ignoro? ¿Lo miro como lo hace Jesús? ¿Soy capaz de entender sus interpelaciones, su grito de ayuda? Cuando das limosna, ¿miras a los ojos del mendigo? ¿Tocas su mano para sentir su carne?
 
Quien más gracia recibe de la limosna es quien la da

En realidad, es como si se invirtieran los papeles: la multitud, a pesar de tener la facultad de la vista, es en realidad ciega y sorda, indiferente. Bartimeo, a pesar de tener una limitación física, ve con los ojos de la fe.

Cada uno de nosotros es Bartimeo, ciego por dentro, que sigue a Jesús una vez que nos acercamos a Él. Cuando te acercas a un pobre y te haces cercano, es Jesús quien se acerca a ti en la persona de ese pobre. [...]. Quien más gracia recibe de la limosna es quien la da, porque se hace contemplar por los ojos del Señor.

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•    Incluyendo a los 11 mártires de Damasco que fueron asesinados en Siria por negarse a renunciar a su fe.

Ciudad del Vaticano. - El padre Manuel Ruiz López y sus siete compañeros; Francis, Mooti y Raphael Massabki; el padre Joseph Allamano; la hermana Marie Leonie Paradis; y la hermana Elena Guerra—cada uno ejemplificó la virtud heroica y dio testimonio de la santidad dentro de sus vocaciones únicas, dijo el Papa.

En la Misa de Canonización en la Plaza de San Pedro el domingo de la Misión Mundial, dijo: "Estos nuevos santos vivieron el camino de Jesús: el servicio. ”

La canonización de los mártires de Damasco es un "signo de esperanza para los cristianos"

Antes de la canonización de los Mártires de Damasco en la Misa celebrada por el Papa Francisco el 20 de octubre, el P. Luke Gregory, de la Custodia de Tierra Santa, dice que su testimonio ofrece un signo de esperanza y ecumenismo para los cristianos de todo el mundo, especialmente los de Siria, donde los cristianos representan alrededor del 2% de la población.

En la noche del 9 de julio de 1860, once hombres (ocho frailes franciscanos y tres laicos maronitas, conocidos colectivamente como los once mártires de Damasco) fueron asesinados y, en 1926, el Papa Pío XI los beatificó.

Más de 160 años después de sus muertes, el Papa Francisco canonizará a estos hombres en una misa en la Plaza de San Pedro el 20 de octubre.

En una entrevista con Vatican News, el P. Luke Gregory, sacerdote franciscano de la Custodia de Tierra Santa, describió su canonización como un signo de esperanza en medio del conflicto en curso en Medio Oriente.

Martirio: un mensaje de ecumenismo

El martirio que sufrieron no es muy diferente de la situación de muchos cristianos en el Medio Oriente hoy.

Damasco, situada en Syira, alberga una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, pero sólo alrededor del 2% de la población todavía se identifica con la fe. Durante la última década, los cristianos han enfrentado persecución en Siria, luego de la guerra civil del país que comenzó en 2011.

Los once hombres serán canonizados, aunque el grupo está formado por ritos católicos diferentes. En 2023, el Papa Francisco estableció la “Comisión de Nuevos Mártires—Testigos de la Fe” para catalogar a los cristianos que han muerto por su fe en Cristo. A través de la Comisión, varios cristianos no católicos también han sido incluidos en la lista de mártires, entre ellos los cristianos coptos asesinados en Libia.A sign of hope

Para los cristianos de Oriente Medio, el p. Gregory dijo que reflexionar sobre la vida de estos hombres “da una señal de esperanza porque después del derramamiento de sangre hay una nueva primavera”.

Explicó que los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa esperan que la intercesión de estos mártires conduzca al fin del conflicto en Israel, Palestina y otras partes de Oriente Medio.

Más allá de la esperanza, el P. Gregory dijo que reza para que su ejemplo y la canonización puedan ser una forma de abrir una línea de comunicación entre diferentes grupos religiosos y ayudar a lograr la paz.

"El mundo entero estará atento", dijo, a la canonización, que espera que "conduzca al diálogo".

Un lugar de peregrinación y oración.

Hay un santuario en Batumah en honor de los 11 hombres, dijo el P. Gregory señaló, añadiendo que está "siendo renovado y abierto al público".

En julio de 2024 se descubrieron cinco grandes lienzos con imágenes de los mártires que datan de 1926, cuando fueron beatificados.

P. Gregorio expresó su esperanza de que una vez que termine el conflicto en Oriente Medio, se puedan reanudar las peregrinaciones a Tierra Santa y más personas puedan visitar el lugar de estos mártires de Damasco.













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